miércoles, 6 de enero de 2010

La utopía libertaria


El arquitecto que trazó los planos de la torre de Babel era anarquista y el setenta por ciento de los albañiles pertenecían al sindicato de la construcción.

Cuando se produjo la confusión de las lenguas y por ello la construcción quedó interrumpida, los hombres se agruparon en tres grandes familias, las de Sem, Cam y Jafet. Los que permanecían fieles al arquitecto no se entendían con los otros, porque les dio por hablar una lengua internacional precursora de la que el doctor Ludovico Zamenhoff bautizaría con el nombre de "esperanto" (esperanza). Los esperantistas de la torre de Babel no detuvieron su caminata, hasta llegar a la península ibérica, llamada, al paso de los milenios, España. En ella fundarían, en las postrimerías del siglo veinte, la CNT.

Desde entonces siguen empeñados en la reconstrucción de una torre, que no sea de Babel, libre de toda confusión entre sus constructores.

Fracasaron en sus intentos y se vieron perseguidos o muertos y sus supervivientes marginados, obligados a sobrevivir en las cloacas de las sociedades modernas.

Obstinados, seguirán creyendo en el sueño de construir una gigantesca torre que permita a todos los hombres vivir cobijados en ella sin confusiones de lenguas ni malas pasiones. Es el sueño de la gran utopía de la tribu de los hijos del fuego; un sueño de perfectibilidad humana que jamás perecerá. Es el gran sueño de la bandera negra, emblema de dolor y de la muerte sin la esperanza religiosa de la resurrección. El símbolo de la gran esperanza y del paraíso perdido, recobrado.

La belleza y la justicia del ensueño, en contraste con las irracionales estructuras sociales de las sociedades humanas, dará siempre la razón de ser a la respuesta protestataria.

martes, 5 de enero de 2010

2010

¡Feliz año a tod@s!

Y recordad: el mundo se va a la mierda chic@s.