Aprendiendo a obedecer a sus padres los niños aprenden a obedecer en general.
A los niños se les impone una serie de normas, de reglas, y de horarios coercitivos con el objetivo de adoctrinarlos desde el primer día de su formación. Los padres son los que ejercen la esta represión y, desde el primer horario para la hora de comer hasta la hora a la que tiene que volver a casa tras sus aventuras nocturnas, atan a sus hijos con cadenas. Les enseñan a obeceder a la autoridad, en este caso del núcleo familiar, y a someterse a ella. En el futuro estos niños se convertirán en robots que buscan una figura, aparentemente por encima de sus propias cabezas, que represente esta autoridad para poder someterse a ella tal y como lo hacían en su joventud.
domingo, 17 de octubre de 2010
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